¿Crees que tu éxito fue solo cuestión de suerte? ¿Luchas con un diálogo interno que te susurra constantemente que tus logros no son más que pura casualidad?
Si al leer esto piensas “sí, lo que he conseguido es porque estaba en el lugar y el momento adecuados”, no te preocupes: no estás solo/a.
El síndrome del impostor es ese “Pepito Grillo” que te convence de que eres un fraude justo cuando más brillas. Hace que personas con trayectorias impecables (desde emprendedores como tú hasta artistas, periodistas, profesores… no importa el sector) duden de su talento y atribuyan sus logros a la suerte.
Es natural sentir cierto vértigo ante lo desconocido, incluidos los éxitos. Un poco de ansiedad puede empujarte a afinar detalles y prepararte a fondo. Pero cuando el miedo a fallar se convierte en el motor principal de tus acciones, dejas de disfrutar del camino y comienzas a sabotearte.
👉 En este artículo, descubrirás cómo identificar tus propias trampas mentales y cuáles son las técnicas más sencillas y efectivas para silenciar esa vocecita que menosprecia tus éxitos.
Con un poco de práctica y constancia, dejarás atrás el autosabotaje y abrirás la puerta a una carrera profesional plena y auténtica.
¿Qué es el síndrome del impostor?
👉 El síndrome del impostor es esa voz interior que te impide reconocer tus propios triunfos, a pesar de que sean bien merecidos.
Aunque tengas un historial de éxitos, tu mente insiste en que no son mérito tuyo y teme que, en cualquier momento, alguien “descubra” que no tienes lo que se necesita para haberlo conseguido.
No es una enfermedad, pero sí un patrón de pensamiento tan intenso que puede desatar ansiedad, estrés e incluso episodios de baja autoestima, a pesar de tus logros reales.
📝 Este síndrome recibió su nombre en 1978, cuando las psicólogas Pauline Clance y Suzanne Imes identificaron este fenómeno al observar que incluso sus estudiantes más brillantes dudaban de sus capacidades.
Clance notó esta inseguridad entre alumnos de alto rendimiento, mientras que Imes la documentó especialmente en mujeres exitosas.
🟣 En la Escuela Nómada Digital también lo llamamos Pepito Grillo: ese crítico implacable que te convence de que eres un fraude. Hace que descartes tus capacidades y vivas con la angustia constante de que tu “engaño” saldrá a la luz y derribará todo lo que has construido.
Pero no te preocupes. Una vez identifiques a tu Pepito Grillo, que es el primer paso, estarás en posición de empezar a callarlo.
¿Cómo saber si tengo el síndrome del impostor?
Hay varias formas de saber si padeces este síndrome. Vamos a ver las dos más útiles.
Síntomas más comunes
Por un lado, está la más obvia, que es fijarte en tu comportamiento y evaluar tus reacciones habituales, para ver si «cumples» con algunos de los síntomas más comunes.
📍 Estas son las señales más habituales que indicarían que tu Pepito Grillo podría estar muy activo:
- Temor a que te «descubran»: piensas que cualquier éxito revelará tu falta de capacidad.
- Inseguridad constante: te sientes inestable en el trabajo, los estudios o, incluso, en situaciones sociales.
- Miedo constante al fracaso: crees que vas a fallar, especialmente cuando enfrentas retos similares a los que ya superaste.
- Autoestima baja: tus dudas te paralizan y no confías en lo que sabes hacer (aunque en el fondo sabes que puedes).
- Estados emocionales negativos: sufres ansiedad, tristeza o desesperanza sin razón aparente.
- Pérdida de motivación: evitas nuevas metas por miedo a no estar a la altura.
- Atribución de éxitos a factores externos: crees que tu reconocimiento se debe a la suerte o al azar.
- Autocrítica excesiva: te machacas con cada detalle que no queda “perfecto”.
👉 Si identificas al menos 4 o 5 de estos síntomas, es momento de tomar cartas en el asunto.
Test de Clance
Por otro lado, puedes hacer el test original de Clance. Es un cuestionario breve de 20 preguntas que revela hasta qué punto te niegas tus propios méritos.
Si tu puntuación indica que lo padeces, no te preocupes. Como te decía, es un fenómeno muy frecuente. A Antonio G le he pasado y a la mayoría del equipo de la END también.
Ten en cuenta que hay estudios sugieren que hasta 7 de cada 10 personas experimentan este síndrome en algún momento de sus vidas, así que es más común de lo que nos pensamos.
Orígenes y causas del síndrome del impostor
Detrás de tu “Pepito Grillo” suele haber uno o varios de estos detonantes. Reconocerlos es el primer paso para desactivarlos.
Vamos a ver los más habituales.
1. Exceso de exposición social
Entre eventos presenciales y redes sociales, vivimos bajo la exposición y el escrutinio constante. Querer aparentar éxito de manera continua genera presión y agotamiento emocional.
👉 Cuando la búsqueda del «me gusta» o de aprobaciones externas eclipsa tu satisfacción interna, tu voz crítica se alimenta. El resultado es un agotamiento emocional enorme, que nos lleva a sentir estados de ánimo negativos.
2. Compararte con los demás
Con frecuencia cometemos el error de medir nuestros logros y éxitos en función de los de otras personas que, además, suelen ser personas muy conocidas que nos sirven como fuente de inspiración.
Nos olvidamos de que nuestros referentes tienen su propia trayectoria y años de experiencia. Si mides tu avance comparándolo con sus logros, lo más probable es que siempre salgas perdiendo.
En lugar de eso, compárate con tu “yo” de hace un año o dos (o el tiempo que quieras) y celebra todo el progreso que ya has hecho. Seguro que has mejorado.
👉 No cometas el error de compararte con otras personas.
3. Autoestima baja o frágil
Una educación estricta o haber recibido mensajes constantes del estilo de “no te confíes” pueden haberte enseñado a desconfiar de ti mismo/a. Es decir, te han convertido en una persona insegura que duda de sus capacidades.
Si crees que no mereces los éxitos que consigues (un ascenso, un buen salario, el éxito de un proyecto…), alimentas la sensación de fraude y destrozas tu autoestima.
👉 Reconoce tu valía, porque la tienes, y date permiso para disfrutar de tus éxitos.
4. Miedo al fracaso
En nuestra cultura y sociedad actual, equivocarse o fracasar se ve como un error casi imperdonable.
Lo aceptable (porque es lo que más se enseña en redes y medios) es que las personas sean exitosas y triunfadoras. Eso nos hace pensar que debemos mostrar grandes logros desde el principio.
Pero cada caída es un peldaño hacia el éxito. Dime, ¿conoces a alguien que haya alcanzando la cima sin haber tropezado ni una sola vez en el camino?
¿Ha salido mal el primer intento? No hay problema: evalúas, haces los ajustes necesarios, y de nuevo a la carga.
Cambia el chip: en lugar de huir del fallo, aprende de él cuando te ocurra. Cuantos más intentos hagas, más cerca estarás de tu meta. El simple hecho de intentar algo, te convierte en una persona triunfadora.
👉 El verdadero éxito es la suma de muchos fracasos y la capacidad de recuperarte de ellos, coger lo bueno que dejan y comenzar de nuevo.
5. Falta de coherencia interna (lo que piensas, dices y haces)
Cuando tus pensamientos, palabras y acciones van por rumbos distintos, la inseguridad florece y, por ende, una de las bases para alimentar tu síndrome del impostor.
Alinea lo que sientes con lo que dices y haces: esa congruencia te protege de las opiniones ajenas y refuerza la confianza en tu camino.
¿Cómo?
👉 Si eres coherente, actuarás acorde a tus pensamientos, a tus valores y a tu filosofía de vida. Dejarás de prestar atención a lo que digan de ti, a comentarios y mensajes malintencionados que tratarán de fastidiar tu proyecto (y todo lo que eso pueda conllevar mentalmente).
❗️ ¿Te reconoces en alguna de estas causas? Identificarlas te permitirá atacarlas directamente y callar a tu crítico interno.
Síndromes relacionados
En el ámbito académico y laboral se han identificado otros dos síndromes, además del síndrome del impostor, que también pueden afectar tu vida laboral y al ambiente de trabajo.
1. Síndrome de Dunning-Kruger
Quien padece este síndrome sobreestima sus habilidades y minimiza la complejidad de las tareas. Podría decirse que es lo opuesto al síndrome del impostor.
Las personas que lo experimentan hablan con excesiva seguridad de temas que, en realidad, no dominan y rechazan la ayuda o comentarios de otras personas (que sí saben), ya que esto muestra sus carencias, las cuales es incapaz de reconocer.
👉 En otras palabras: te la das de listo o lista y no tienes ni idea.
2. Síndrome de Procusto
En este caso, el problema es la envidia encubierta: la persona no tolera el éxito ajeno y busca “acortar” o invisibilizar los logros de otros para sentirse a la par.
Sin saberlo, genera un ambiente de trabajo tóxico, sabotea iniciativas interesantes de otras personas y rebaja el reconocimiento que merecen sus compañeros o compañeras.
👉 Esta persona podría ser el típico envidioso o envidiosa que no aguanta que otros sean mejores que él o ella.
Lo curioso es que quienes experimentan este síndrome no son conscientes de ello y suelen ser personas tóxicas que perjudican el ambiente laboral y la productividad.
¿Cómo superar el síndrome del impostor?
Como en muchas otras situaciones, el primer paso siempre es reconocer que tu “Pepito Grillo” te está frenando y ser consciente de este bloqueo emocional.
Luego, acepta que no estás solo/a en esto. El síndrome del impostor afecta a muchas personas exitosas.
Finalmente, prepárate para poner en marcha algunas de estas herramientas sencillas y prácticas que creo que te ayudarán a silenciar esa voz crítica interna y a disfrutar de cada logro profesional o personal y sea del tamaño que sea.
1. Adopta una visión objetiva de tu realidad
Adopta un enfoque objetivo y evalúa tus capacidades. Es muy humano que te compares con los demás, pero llegar a la conclusión de que los otros son mejores y más inteligentes que tú es injusto.
Lo que tal vez estás viendo es que quienes te rodean son buenos en algo en lo que tú no destacas. Pero seguro que tú tienes aptitudes profesionales y habilidades que los demás valoran en ti, y es más que probable que esas personas no destaquen en cosas en las que tú eres mejor.
Es esa diversidad de competencias la que enriquece el trabajo en equipo. Reconoce y valora tu inteligencia y valía, en la misma medida que lo haces con los demás.
📍 En resumen:
- Anota tus éxitos (grandes y pequeños) y revisa esa lista cada semana.
- Cuando te compares, hazlo con tu “yo” de hace seis meses o un año, no con referentes que llevan décadas en tu sector.
- Recuerda: tus competencias únicas aportan tanto valor como las de los demás.
2. Visualízate como un ganador o ganadora
Es obvio y lógico que te falta mucho por aprender y conseguir si te comparas con personas que tienen más experiencia que tú. Pero haz una lista de todos los conocimientos que tienes, tu capacidad para resolver problemas, tus cualidades creativas y tu actitud proactiva.
Necesitas convencerte de que tú vales y de que otros también valoran tu experticia. Seguro que muchas personas han acudido a ti en busca de ayuda para aclarar una duda o resolver un problema y has podido darles el apoyo que buscaban.
Ten en cuenta la manera en la que otros te perciben, porque muchas veces los demás ven cosas en ti que tú pasas por alto. Eres un ganador o una ganadora. Disfruta de tus triunfos sean grandes o pequeños y deja de pensar que no eres capaz, porque no es cierto.
📍 En resumen:
- Haz un inventario de tus fortalezas: conocimientos, habilidades creativas o tu forma de resolver problemas.
- Pregunta a colegas o amigos por qué valoran tu aporte: a menudo otros perciben virtudes que tú pasas por alto.
- Repasa esos reconocimientos antes de afrontar retos importantes.
3. Practica la “postura del superhéroe”
Puede que no lo creas, pero la manera en la que ponemos nuestro cuerpo influye mucho en nuestra confianza y autoestima. Nuestro lenguaje corporal transmite mensajes, tanto para quienes nos rodean como para nosotros/as.
La postura del superhéroe es efectiva para ganar confianza cuando estás a punto de abordar un nuevo reto. Es fácil de hacer, la puedes practicar en cualquier lugar y es muy beneficiosa.
Puedes hacerla al levantarte, en la oficina o donde quieras. Ponte de pie en posición muy erguida, echa los hombros hacia atrás, eleva tu mentón, coloca tus manos en la cintura y abre tus piernas para que queden alineadas con las caderas.
Inhala y exhala con lentitud. Verás cómo la fuerza y la energía te invaden y te producen una sensación de que eres invencible. Mantén la postura durante dos minutos. En ese pequeño espacio de tiempo verás desaparecer tus temores, para sentir que estás dispuesto a comerte el mundo.
Antes de juzgar o descartar esta técnica porque te pueda parecer una «tontería», pruébala un par de veces.
4. Ríete del impostor que se ha apoderado de ti
Imagina que tienes un impostor dentro de tu mente (porque es algo así realmente) que está llenándote de ideas sobre lo incapaz que eres y machacándote con la certeza de que tus logros solo han sido cuestión de suerte.
Háblale y búrlate de él. Cuando tu voz interior te diga cosas como: “esta vez has tenido suerte” o “has vuelto a meter la pata, como siempre”, respóndele en tono de burla algo así como “sí claro, lo que tú digas” o “vaya cosas bonitas que me dices”.
En la medida en que aprendas a mofarte de esos sentimientos negativos y los vayas reemplazando por otros que te ayuden a aumentar tu autoestima, a creer en ti y a interiorizar cada éxito que vas consiguiendo, verás cómo todo fluye mejor.
📍 En resumen:
- Cuando tu voz crítica te diga “fue pura suerte” o “no estás a la altura”, respóndele con humor: “¡Ajá, claro!” o “¿En serio?”.
- Convertir ese diálogo en una broma te ayuda a disminuir su poder y cambiarlo por mensajes más constructivos.
5. Define tu propuesta única de valor
Necesitas tener confianza en ti mismo/a. Para conseguirlo, es necesario que identifiques tu potencial, todo aquello en lo que eres muy bueno o buena.
Aprende a venderte, en el buen sentido de la palabra. Haz una lista de las cosas de las que te enorgulleces, esas aptitudes con las que destacas del resto.
Debes mantener la objetividad en ambos sentidos: no exageres, pero tampoco minimices tus logros y éxitos, por pequeños que te parezcan. Sé consciente de todo lo bueno que tienes para ofrecer, tu propuesta única de valor, eso que te diferencia de los demás.
Interiorízalo, relájate y disfruta de poner tu talento al servicio de tus logros académicos y tu vida profesional. Es decir, avanza en tu carrera con la seguridad de que tu inteligencia, pasión y conocimientos te llevarán lejos.
📍 En resumen:
- Haz una lista de las 5 habilidades o cualidades que más te enorgullecen.
- Identifica ejemplos concretos (proyectos, logros, reconocimientos…) que avalen cada punto.
- Usa esta reflexión para actualizar tu CV, tu perfil en redes profesionales o tu elevator pitch.
6. Cita tus fuentes sin miedo
Ya seas un experto o experta en lo que haces o una persona que acaba de empezar, muchas cosas que cuentes o expliques serán de otras personas.
No hay ningún problema en ello, El problema viene cuando creemos que todo lo que transmitimos o publicamos es nuestro al 100%.
Y no es así.
Cuenta de donde has sacado la cita, el concepto, la idea… Dale tu toque personal, tu punto de vista y listo.
Estas citaciones te liberarán de tus miedos de que van a averiguar de que esas ideas no son tuyas.
📍 En resumen:
- Reconocer ideas ajenas no te quita valor, sino que demuestra tu rigor y profesionalidad.
- Añade tu perspectiva personal: “Según X…, y esto me inspira a…”.
- Esta práctica refuerza tu credibilidad y reduce la sensación de falsedad.
7. Comparte tus logros con el mundo
Comparte lo que sabes, tus conocimientos y tu experiencia, con los demás. Deja de pensar que los demás son más inteligentes y mejores que tú.
Es normal que caigamos en el error de pensar que otros tienen mejores ideas o son más interesantes que las nuestras.
Cada persona destaca en unos aspectos determinados. No veas las cosas buenas de otros como un reflejo de tus carencias. Tú eres excelente en cosas en las que los demás no destacan.
Hazle saber a todos aquello de lo que eres muy bueno/a. Al principio, la timidez te hará difícil el proceso, pero con la práctica irás ganando seguridad y podrás ser justo contigo mismo o misma, reconociendo tus cualidades.
Puede que sufras un poco de miedo escénico al dar el primer paso. Es normal. A medida que avances irá desapareciendo.
📍 En resumen:
- Publica tus avances en un blog, newsletter o redes profesionales.
- Busca un mentor o grupo de apoyo con quien comentar tus resultados.
- Cuanto más visible hagas tu trabajo, más natural será reconocer tu propio mérito.
7+1. Consejo EXTRA
Fórmate, ya sea con cursos, viendo vídeos, escuchando pódcasts o leyendo libros.
Trabajar tu mindset es muy necesario para seguir adelante con tu emprendimiento. No es un camino de rosas y necesitas estar fuerte para esas fases en las que te van a entrar ganas de tirar la toalla.
Además de mantener a raya al síndrome del impostor, también puedes comenzar a leer libros de superación personal y motivación (entra en el enlace para acceder a la lista de los mejores).
Y otro recurso, sobre todo si ya eres emprendedor/a, son las 10 claves para tener éxito emprendiendo que te recomienda Antonio G personalmente, extraídas después de sus más de 10 años de experiencia.
📍 En resumen:
- Fórmate como puedas o quieras: cursos, webinars, libros…
- Aprender algo nuevo no solo amplía tus conocimientos, también refuerza tu confianza y te prepara para próximos retos.
Estrategias para mantener a raya al síndrome del impostor y evitar que vuelva a aparecer
La sombra del síndrome del impostor puede seguir acechando y debes prestar atención para que no reaparezca y vuelva a sabotear tus triunfos.
👉 Te doy algunas ideas de lo que puedes hacer para mantenerlo a raya:
- Registra tus logros (grandes y pequeños): lleva un diario donde anotes cada éxito, por pequeño que parezca. Revisarlo periódicamente te recordará tu progreso real y que tu capacidad es genuina.
- Cuando surjan los síntomas del síndrome del impostor, escribe cómo son los sentimientos que te invaden. Esto te permitirá identificarlos pronto y erradicar los pensamientos negativos más rápido.
- Comparte tu experiencia: cuéntale a alguien cercano cómo te sientes. Abrirte con gente de tu confianza es una manera excelente de superar el síndrome y sus episodios nocivos. Te ayudará a ver las cosas con otra perspectiva más objetiva.
- Acepta con humildad las críticas constructivas. Quien te las dice lo hace porque vales y sabe que puedes mejorar. Esto no quiere decir que no estés haciendo las cosas bien, sino que las puedes hacer incluso mejor.
- Evalúa al «impostor»: cuando sientas que “aparece el impostor”, pon en la balanza si esta actitud resulta positiva o nociva.
- Convierte el miedo en motor: a veces la preocupación ante un reto impulsa tu preparación. Úsala para planificar tu siguiente paso en lugar de enterrarte en dudas.
- Refuerza tu red de apoyo: únete a grupos profesionales o foros donde otros compartan sus miedos y éxitos. Ver que no eres la única persona disipa la sensación de aislamiento.
- Celebra cada avance: fíjate un pequeño ritual o «premio» (una pausa, un café especial, un mensaje de felicitación a un colega…) para celebrar cada meta alcanzada. Así condicionas a tu mente a asociar triunfo con bienestar.
Con estas estrategias mantendrás a raya al síndrome del impostor y construirás un hábito de autoafirmación y resiliencia que te acompañará en cada paso de tu carrera.
¡Sigue adelante con la tranquilidad de quien reconoce y celebra su propio valor!
Síndrome del impostor: no dejes que te limite
El síndrome del impostor puede convertirse en una barrera invisible que te impide avanzar y reconocer todo lo que vales.
Identificar sus señales es clave para liberarte de ese yugo y empezar a valorar tu talento, tu experiencia y tus conocimientos.
Recuerda: tú eres tu peor crítico/a o tu mejor aliado/a. Si dejas de verte como un fraude y te aceptas como un profesional con fortalezas únicas, ganarás confianza para dar cada paso con decisión.
📍 Recopilo:
- Deja de compararte: tus habilidades son tan valiosas como las de cualquier otra persona. Cada uno tiene su propio camino y contribuye de manera distinta.
- Crea tu plan de liberación: define metas pequeñas y celebra cada victoria. Lleva un registro de tus logros y revisa cómo avanzas.
- Refuerza tu autoconfianza: repítete: “Estoy donde estoy porque he demostrado mi capacidad”. Si quienes te rodean creen en ti, ha llegado el momento de que tú también lo hagas. ¿O no?
No tienes por qué seguir sufriendo la carga de sentirte un impostor o impostora. ¡Es hora de reconocer tu valor, soltar el miedo y lanzarte hacia tus sueños con la convicción de que mereces cada logro!
Deja el síndrome del impostor atrás y lánzate a por tus sueños
Esto de deshacerse del síndrome del impostor no será una tarea fácil, ya lo habrás podido intuir a lo largo del artículo.
Si ya lo has conseguido, ¡enhorabuena! Es momento de seguir diseñando la vida tal cual la sueñas y trabajar hacia ello.
Si no, es momento de mirar hacia adentro y tomarte el tiempo que necesites para valorar todo lo que has conseguido. Y sentirte orgulloso/a de ello.
Y tú, ¿sientes, o has sentido alguna vez, alguno de los síntomas del síndrome del impostor? ¿Cómo lo has gestionado? ¿Tienes algún consejo que añadir a lo que he contado en el artículo?
Cuéntame en comentarios. Me encantará leerte e intentar echarte una mano.
2 respuestas
Lo he sentido muchas veces, llevo más de 30 años siendo emprendedora y siempre lo gestionó matando a Pipito grillo que llevo dentro.
Me encantaría aprender a hacerlo como Antonio G!!
Saludos
¡Hola Isabel!
Es normal, esa «vocecita» nos alcanza a todos en algún momento; pero Pepito Grillo nunca muere, es mejor aprender a gestionarlo porque de otra forma siempre reaparecerá en algún momento.
Aquí Antonio te ha dejado un montón de consejos útiles que puedes ir practicando desde ya para conseguir ser más fuerte que esta vocecilla. Y si necesitas información para reactivar tu negocio no te pierdas el evento gratuito que estamos haciendo estos días, la #maratontrabajardesdecasa, donde estaremos compartiendo mucha información útil 😉
¡Te esperamos! Solo tienes que pinchar en el enlace que encontrarás al principio de este post 🙂
Un abrazo,
Vicky – Equipo de la END