¿Eres de los que piensa que tu éxito se debe a que “estabas en el lugar y el momento adecuado» y solo ha sido cuestión de suerte y de una gran casualidad?
Entonces, es probable que estés entre las miles de personas que padecen el síndrome del impostor.
Este fenómeno psicológico hace que un profesional de éxito que ha triunfado en su carrera, piense que no es tan competente y capaz como sí lo creen quienes lo rodean.
Las personas que sufren este síndrome desarrollan una sensación de fracaso y competencia artificial que está muy lejos de la realidad.
Es normal que, ante nuevas situaciones, sufras un poco de ansiedad por la incertidumbre. En estos casos, el temor a fallar puede ser positivo porque te impulsa a prepararte bien y a poner atención en cada detalle del reto o tarea que tienes delante. Eso hace que el resultado sea un éxito.
El síndrome del impostor es muy frecuente en nosotros, los emprendedores, aunque todos estamos expuestos a padecerlo, sin importa el área en el que trabajemos: artistas, empresarios, periodistas, maestros… Son miles las personas que a diario experimentan expectativas de fracaso a pesar de tener un gran listado de éxitos y logros.
Hoy queremos hablarte del síndrome del impostor. Veremos cómo puedes identificarlo y te compartiremos algunas herramientas para combatirlo.
Es algo que, con un poco de constancia y aplicando unas técnicas sencillas, podrás vencer para que no interceda en tu camino y puedas disfrutar de una vida profesional plena y llena de éxito.
¿Qué es el síndrome del impostor?
El síndrome del impostor es una manifestación que hace que las personas no sean capaces de reconocer e internalizar sus logros. Y, además, la gente que padece este fenómeno vive con temor a ser descubierta en su “engaño”.
No está considerado como una enfermedad mental, pero sí se reconoce como un trastorno psicológico que afecta de forma importante a quienes lo sufren, con episodios de ansiedad, estrés y depresión a pesar de sus éxitos.
En la Escuela Nómada Digital nos referimos a este síndrome como tu «Pepito Grillo». Esa vocecita interna que te dice que tú no vales, que no puedes conseguirlo porque en realidad eres un fraude.
Tienes un sentimiento constante de que en cualquier momento alguien descubrirá tu farsa y desmontará todo lo que habías construido.
¿Cómo identificar los síntomas?
Fueron las psicólogas clínicas Pauline Clance y Suzanne Imes quienes estudiaron el síndrome por primera vez en 1978.
A Clance le llamó la atención el hecho de que entre sus estudiantes más brillantes, algunos dudaban de sus capacidades o bien no estaban orgullosos de sus logros.
Por otra parte, Imes observó actitudes similares entre mujeres exitosas.
¿Quieres saber si padeces este síndrome? Puedes realizar este test diseñado por la misma Pauline Clance y que utilizó entre sus alumnos.
Si tu puntuación indica que lo padeces, no te preocupes. Como te decíamos, es un fenómeno muy frecuente. A Antonio G le he pasado y a la mayoría del equipo también.
De hecho, se estima que 7 de cada 10 personas en el mundo lo sufren.
Es más común de lo que nos pensamos.
Las causas que originan este fenomeno
Son varias las causas del síndrome del impostor. A continuación, te compartimos las más habituales, y con las que podrás dar el primer paso para superar este fenómeno psicológico tan nocivo.
1. Exposición social excesiva
El tener muchas relaciones sociales en el mundo real, sumado a nuestra interacción en las redes sociales, nos expone demasiado. El deseo de aceptación y el temor al rechazo se ven exacerbados y nos somete a mucha presión.
La presión se produce por nuestra necesidad de proyectar una imagen de persona exitosa las 24 horas del día. El resultado es un agotamiento emocional enorme, que nos lleva a sentir estados de ánimo negativos.
2. Compararnos con los demás
Con frecuencia cometemos el error de medir nuestros logros y éxitos en función de los de otras personas. Suelen ser personas muy conocidas, nuestra fuente de inspiración.
Olvidamos que nuestros referentes tienen varios años de experiencia y que su realidad es distinta a la nuestra. Al ver todo lo que han logrado, nos sentimos frustrados y olvidamos que cada persona lleva su curva de aprendizaje particular.
Con la única persona que debes compararte es contigo mismo. Coge como referencia tus logros desde hace uno o dos años y mira cuánto has progresado. Verás que ahora eres, obviamente, mucho mejor.
No cometas el error de compararte con otros.
3. Autoestima baja
Muchas veces la forma en que hemos sido educados nos convierte en personas inseguras.
Una educación muy estricta y exigente hace que desarrollemos temores y dudas acerca de nuestras propias capacidades. La falta de confianza en nosotros mismos termina dinamitando nuestra autoestima.
Una baja autoestima nos hace creer que no somos merecedores de las cosas buenas que nos suceden: un logro, un buen salario o un ascenso. Sin duda un obstáculo para disfrutar de los logros y progresos.
4. Temor al fracaso
En la sociedad actual el fracaso está mal visto. ¡Qué gran error!
Dime, ¿conoces a alguien que haya alcanzando la cima sin haber tropezado en el camino?
¡Exacto!
Lo aceptable es que las personas sean exitosas y triunfadoras. Eso nos hace pensar que debemos mostrar grandes logros desde el principio. Pero se nos olvida que los fallos también forman parte de ellos.
Esta absurda presión social hace que no te tomes los fracasos como oportunidades de aprendizaje que te llevarán a la cima. El simple hecho de intentar algo, te convierte en una persona triunfadora.
¿Ha salido mal el primer intento? No hay problema: evalúas, haces los ajustes necesarios, y de nuevo a la carga.
El verdadero éxito es la suma de muchos fracasos y la capacidad de recuperarte de ellos, coger lo bueno que dejan, y comenzar de nuevo.
Como decimos en la escuela, cuanto más falles, más cerca estarás de conseguirlo.
5. Incoherencia con lo que piensas, dices y haces
El síndrome suele aparece cuando no hay coherencia entre lo que piensas (o sientes), lo que dices (o escribes) y lo que haces.
Si eres capaz de mantener estos tres factores alineados, automáticamente el síndrome del impostor desaparecerá.
Si eres coherente, actuarás acorde a tus pensamientos, a tus valores y a tu filosofía de vida. Dejarás de prestar atención a lo que digan de ti, a comentarios y mensajes malintencionados que tratarán de fastidiar tu proyecto.
Lo que te puede salvar y proteger de estos ataques es la coherencia. Cuando estás seguro de lo que haces, pues simplemente no prestas atención a lo que hay fuera. Tú crees en ti y en lo que haces.
Qué síntomas presentan las personas que padecen el síndrome del impostor
Hay muchas señales que pueden indicar que estás sufriendo el síndrome del impostor. Veamos las más habituales:
- Temor a ser “descubierto”
- Inseguridad en el trabajo, los estudios y en el ámbito social
- Miedo a no cumplir con las expectativas o al fracaso ante situaciones similares a las ya exitosas
- Falta de confianza en ti mismo/a
- Estados emocionales negativos como ansiedad, tristeza, desesperanza
- Pérdida de la motivación
- Convencimiento de que los logros y reconocimiento son inmerecidos
- Considerar que éxito se debe a la suerte o a otros factores externos
- Estar lleno de dudas
- Poca valoración de la propia capacidad y competencia
- Excesiva autocrítica
Si estás experimentando alguno de estos síntomas, es posible que ya lo tengas encima.
Debes tomártelo en serio y poner en práctica técnicas que te ayuden a superarlo. Y si es necesario, pedir ayuda profesional.
Los 3 síndromes que distorsionan la realidad
En el ámbito académico y laboral se han identificado dos síndromes, además del que estamos viendo en este artículo, que también pueden afectar tu vida laboral y al ambiente de trabajo, tanto si los estás padeciendo tú como si lo sufren tus compañeros.
Estos son los 3 síndromes que distorsionan la realidad de la persona que los padece.
1. Síndrome del impostor
Es el síndrome del que te estamos hablando.
Quien lo padece piensa que no es lo suficientemente bueno o buena para hacer lo que hace. También cree que quienes lo rodean son mejores que él y temen ser descubiertos en su incompetencia.
Notamos el síndrome a menudo en muchos de nuestros los alumnos y les pasa desde que están empezando. De hecho, es uno de los bloqueos más frecuentes cuando tienen que hacer algo nuevo por primera vez, especialmente cuando algunos sienten miedo a vender.
2. Síndrome de Dunning-Kruger
Quienes sufren este síndrome experimentan una percepción de la realidad opuesta a lo que sucede con el síndrome del impostor. En el caso del síndrome de Dunning-Kruger, las personas incompetentes sobreestiman sus capacidades.
Vamos, que te la das de listo o lista y no tienes ni idea. 😉
Por lo general se presenta en personas con poca capacidad de autoconocimiento, y no pueden aceptar de manera objetiva su ineptitud. Quien padece de Dunning-Kruger es incapaz de reconocer sus carencias.
3. Síndrome de Procusto
Una persona que padezca el síndrome de Procusto no tolera el éxito profesional de los demás. Teme estar cerca de gente exitosa y tiende a tratar de tapar el talento de otros.
Esta persona podría ser el típico envidioso o envidiosa que no aguanta que otros sean mejores que él o ella.
Lo curioso es que quienes experimentan este síndrome no son conscientes de ello, y suelen ser personas tóxicas que perjudican el ambiente laboral y la productividad.
Por sus actitudes tienden a crear un ambiente tenso, dificultan la implementación de mejoras, son capaces de sabotear a quienes son más competentes que ellos, y tienden a minimizar los logros de sus compañeros.
¿Cómo puedes combatir y superar el Síndrome del Impostor?
El primer paso es ser consciente de este bloqueo emocional que no te deja avanzar. Así te preocuparás de solucionarlo.
El síndrome del impostor afecta a muchas personas, y tal vez tú eres una de ellas. Lo importante es que identifiques los síntomas y trabajes para superarlo. Este padecimiento te hace sufrir, pone límites a tu éxito y no te deja crecer en tu carrera profesional.
Ser humilde es una cosa, pero no reconocer tus propias capacidades es algo que debes detener cuanto antes para que puedas disfrutar de tus logros, y avanzar con la certeza de que tú puedes con cualquier reto que te propongas.
Con estas sencillas herramientas conseguirás vencer a ese enemigo interno y podrás llevar una vida plena y feliz, disfrutando de cada triunfo, sea del tamaño que sea.
Saber cómo superar el síndrome del impostor te liberará de tus cadenas.
1. Analiza y modifica tu visión de la realidad
Adopta un enfoque objetivo y evalúa tus capacidades. Es muy humano que te compares con los demás, pero llegar a la conclusión de que los otros son mejores y más inteligentes que tú es injusto.
Lo que tal vez estás viendo es que quienes te rodean son buenos en algo en lo que tú no destacas. Pero ten por seguro que tú tienes aptitudes profesionales y habilidades que los demás valoran en ti, y es más que probable que ellos no destacan en cosas en las que tú eres el mejor.
Es esa diversidad de competencias la que enriquece el trabajo en equipo. Reconoce y valora tu inteligencia y valía, en la misma medida que lo haces con los demás.
2. Visualízate como un ganador
Sin duda te falta mucho por aprender y conseguir si te comparas con personas que tienen más experiencia que tú. Pero haz una lista de todos los conocimientos que tienes, tu capacidad para resolver problemas, tus cualidades creativas y tu actitud proactiva.
Necesitas convencerte de que tú vales y que tu experticia está valorada por otros. Seguro que muchas personas han acudido a ti en busca de ayuda para aclarar una duda o resolver un problema, y has podido darles el apoyo que buscaban.
Ten en cuenta la manera en la que otros te perciben, porque muchas veces los demás ven cosas en ti que pasas por alto. Eres un ganador, disfruta de tus triunfos sean grandes o pequeños y deja de pensar que no eres capaz, porque no es cierto.
3. Practica la “postura del superhéroe”
La manera en cómo ponemos nuestro cuerpo influye mucho en nuestra confianza y autoestima. Nuestro lenguaje corporal transmite mensajes, tanto para quienes nos rodean como para nosotros.
La postura del superhéroe es efectiva para ganar confianza cuando estás a punto de abordar un nuevo reto. Es fácil de hacer, la puedes practicar en cualquier lugar y es muy beneficiosa.
Puedes hacerla al levantarte, en la oficina o donde quieras. Ponte de pie en posición muy erguida, echa los hombros hacia atrás, eleva tu mentón, coloca tus manos en la cintura y abre tus piernas para que queden alineadas con las caderas.
Inhala y exhala con lentitud. Verás cómo la fuerza y la energía te invaden y te producen una sensación de que eres invencible. Mantén la postura durante dos minutos. En ese pequeño espacio de tiempo verás desaparecer tus temores, para sentir que estás dispuesto a comerte el mundo.
4. Ríete del impostor que se ha apoderado de ti
Imagina que tienes un impostor dentro de tu mente que está llenándote de ideas sobre lo incapaz que eres, y machacándote con la certeza de que tus logros sólo han sido simples golpes de suerte.
Háblale y búrlate de él. Cuando tu voz interior te diga cosas como: “esta vez tuviste suerte” o “metiste la pata de nuevo, como siempre”, respóndele en tono de burla algo así como “sí claro, como digas” o “vaya cosas bonitas que me dices”.
En la medida en que aprendas a mofarte de esos sentimientos negativos y los vayas reemplazando por otros que te ayuden a aumentar tu autoestima, a creer en ti y a interiorizar cada éxito que vas consiguiendo, verás cómo todo fluye mejor.
5. Siéntate y define tu propuesta única de valor
Necesitas tener confianza en ti mismo. Para conseguirlo, es necesario que identifiques tu potencial, todo aquello en lo que eres muy bueno. Aprende a venderte, en el buen sentido de la palabra. Haz una lista de las cosas de las que te enorgulleces, esas aptitudes con las que destacas del resto.
Debes ser objetivo, no minimices tus logros y éxitos por pequeños que te parezcan. Sé consciente acerca de todo lo bueno que tienes para ofrecer, tu propuesta única de valor, eso que te diferencia de los demás.
Interiorizalo, relájate y disfruta de poner tu talento al servicio de tus logros académicos y tu vida profesional. Es decir, avanza en tu carrera con la seguridad de que tu inteligencia, pasión y conocimientos te llevarán lejos.
6. Cita tus fuentes
Ya seas un experto o experta en lo que haces, o una persona que acaba de comenzar, muchas cosas de las que cuentes serán de otras personas.
El problema viene cuando creemos que tenemos que ser dueño de todo lo que transmitimos o publicamos.
Y no es así.
Cuenta de donde has sacado la cita, el concepto, la idea… Dale tu toque personal, tu punto de vista y listo.
Citarlos te liberará de tus miedos de que van a averiguar de que esas ideas no son tuyas.
Tú ya lo has dicho.
7. Cuéntale al mundo quién eres y lo bueno que eres en lo que haces
Descúbrete a ti mismo, y todo aquello que sabes compartiendo con los demás tus conocimientos y tu experiencia. Deja de pensar que los demás son más inteligentes y mejores que tú.
Es normal que caigamos en el error de pensar que otros tienen mejores ideas más talentosas que nosotros.
Cada persona destaca en unos aspectos determinados. No veas las cosas buenas de otros como un reflejo de tus carencias. Tú eres excelente en cosas en las que los demás no destacan.
Hazle saber a todos aquello de lo que eres muy bueno. Al principio la timidez te hará difícil el proceso, pero con la práctica irás ganando seguridad y podrás ser justo contigo mismo o misma, reconociendo tus cualidades.
Puede que sufras un poco de miedo escénico al dar el primer paso. Es normal. A medida que avances irá desapareciendo.
7 +1. Consejo EXTRA
Fórmate, ya sea con cursos o leyendo libros.
Trabajar tu mindset es muy necesario para seguir adelante con tu emprendimiento. No es un camino de rosas y necesitas estar fuerte para esas fases en las que te van a entrar ganas de tirar la toalla.
Además de mantener a raya al síndrome del impostor (enseguida te contamos cómo), también puedes comenzar a leer libros de superación personal y motivación (entra en el enlace para acceder a la lista de los mejores).
Mantén a raya al síndrome del impostor impidiendo que vuelva a aparecer
La sombra del síndrome del impostor puede seguir acechando y debes prestar atención para que no reaparezca intentando sabotear tus triunfos.
Te damos algunas ideas de lo que puedes hacer para mantenerlo a raya:
- Toma nota de tus logros, grandes y pequeños. Esto te hará recordar que tu capacidad es genuina.
- Cuando surjan los síntomas del síndrome del impostor, escribe cómo son los sentimientos que te invaden. Esto te permitirá identificarlos y erradicar los pensamientos negativos.
- Cuéntale a alguien cercano cómo te sientes. Abrirte con gente de tu confianza es una manera excelente de superar el síndrome y sus episodios nocivos.
- Acepta con humildad las críticas constructivas. Quien te las dice lo hace porque vales, y sabe que puedes mejorar. Esto no quiere decir que no estés haciendo las cosas bien.
- Cuando sientas que “aparece el impostor” pon en la balanza si esta actitud resulta positiva o, más bien, es nociva.
A veces la preocupación por fallar puede ser positiva, porque te empuja a esforzarte para hacer las cosas mejor. No siempre un sentimiento de “no poder” es negativo.
Síndrome del impostor: no dejes que te limite
Padecer el síndrome del impostor te lleva a tener conductas que limitan tu progreso y no te permiten valorarte. Es importante que identifiques los síntomas y te esfuerces por librarte de este yugo que te impide reconocer tu talento, tus conocimientos y tu experiencia.
Tú puedes ser tu peor enemigo o tu mejor aliado en la medida que seas capaz de reconocer que eres tan bueno como los demás.
Deja de compararte con otros. Basta ya de pensar que los demás son mejores. Todos somos buenos en algo, y ese algo es lo que te permite hacer realidad tus sueños, enfocarte en tu camino hacia el emprendimiento y ser un profesional de éxito que aporta valor a cualquier organización.
No tienes por qué sufrir el síndrome del impostor. Comienza a elaborar tu plan para liberarte de ese continuo estado en el que la percepción de tu fracaso te agobia y no te permite llegar más lejos.
Piensa que estás donde estás y que haces lo que haces por que que has demostrado tu sobrada capacidad para ocupar ese lugar, y tu entorno valora tu experiencia, conocimientos y habilidades.
Si los demás creen en ti es hora de que tú también lo hagas. ¿No crees?
Una oportunidad para dejar el síndrome del impostor atrás y lanzarte a por tus sueños
Esto de deshacerse del síndrome del impostor no será una tarea fácil, te lo hemos dicho antes.
Si ya lo has conseguido, ¡enhorabuena! Es momento de seguir diseñando la vida tal cual la sueñas y trabajar hacia ello.
Si no, entonces es momento de mirar hacia adentro y tomarte el tiempo que necesites para valorar todo lo que has conseguido y sentirte orgulloso de ello.
En la Escuela Nómada digital trabajamos mucho esta conducta. Es una de los comportamientos más frecuentes cuando te lanzas a algo tan novedoso y dispar como es el emprendimiento.
Y tú, ¿sientes, o has sentido alguna vez, alguno de los síntomas del síndrome del impostor?, ¿Cómo lo has gestionado?
Cuéntanos en comentarios, nos encantará leerte.
2 respuestas
Lo he sentido muchas veces, llevo más de 30 años siendo emprendedora y siempre lo gestionó matando a Pipito grillo que llevo dentro.
Me encantaría aprender a hacerlo como Antonio G!!
Saludos
¡Hola Isabel!
Es normal, esa «vocecita» nos alcanza a todos en algún momento; pero Pepito Grillo nunca muere, es mejor aprender a gestionarlo porque de otra forma siempre reaparecerá en algún momento.
Aquí Antonio te ha dejado un montón de consejos útiles que puedes ir practicando desde ya para conseguir ser más fuerte que esta vocecilla. Y si necesitas información para reactivar tu negocio no te pierdas el evento gratuito que estamos haciendo estos días, la #maratontrabajardesdecasa, donde estaremos compartiendo mucha información útil 😉
¡Te esperamos! Solo tienes que pinchar en el enlace que encontrarás al principio de este post 🙂
Un abrazo,
Vicky – Equipo de la END